¡Hace tiempo aparece recurrentemente esta imagen en mi cabeza!
Es un poco difícil explicarle a un extranjero (más si es un auditor) nuestro culto a la muerte, nuestra resiliencia y nuestra forma de "vivir" (o sobrevivir) en México y gran parte de Latinoamérica. La forma en que vivimos y convivimos con el peligro, como gestionamos riesgos, es muy particular...
Imaginen mi cara cuando al entrevistar a un operador responsable de hacer el saneamiento de las cuchillas de la rebanadora de jamón cocido (RTE), y ver que tenía residuos de producto en varias partes del cuerpo, me contesta: "Mire, yo sé que debo desarmar el equipo y lavarlo minuciosamente, luego enjuagar y aplicar sanitizante, pero no me dan el tiempo necesario para hacer todo eso, así que me enfoco en hacerlo MUY BIEN en las partes que tienen contacto con el producto, donde está el filo y la parte que penetra en el jamón. Ya sé que existe el riesgo de que crezcan microbios, pero por eso pongo el doble de sanitizante en esa parte de las cuchillas". ¡PLOP!
Con calma, y dominando emociones (ese producto se consumía en casa), le pregunto: "En la capacitación que le dieron sobre esta actividad y su importancia, ¿Le explicaron que un producto listo para consumir, con una contaminación patógena, puede causar enfermedades o incluso la muerte en personas vulnerables?"
El operador, con seguridad y serenidad me contesta: "Claro, sí me lo dijeron y hasta pasé el examen a la primera. Yo sé lo que implica. Pero hay de dos: Lo hago como me dijeron y me sancionan o corren porque no se pudo liberar la línea rápido, o le echo ganas, más sanitizante y limpio bien ahí donde le dije." ¡En la m...!
Teniendo claro, a mi entender, qué estaba pasando, le hice una pregunta aparentemente simple: "¿Usted sabe y entiende lo que es la gestión de riesgos?
A lo que me contesta sin titubear: "¡Por supuesto! ¿Cómo cree que llego al trabajo todos los días y en mi hora? Pues así, viendo cómo le hago, resolviendo... Incluso me vengo colgado de la puerta del Micro (bus) con tal de llegar a tiempo. Eso sí, bien agarrado, ¡No me vaya a caer!"
Ahora que está en voga la Cultura de Inocuidad Alimentaria, el bienestar del trabajador, los derechos humanos (Artículo 3) y todas estas medidas para proteger a los consumidores y las personas, no ver lo obvio, no considerar la influencia del entorno político, económico, socio-cultural, tecnológico, ecológico y legal (PESTEL), la toma de decisiones, es sólo cumplir requisitos, "pasar el examen", pero no atacar de fondo la causa.
En la mente de este operador, él está haciendo lo necesario para llegar a su trabajo (arriesgando su vida) y liberar rápidamente la línea (arriesgando la vida de los demás). Y así lo ha hecho desde hace tiempo, con éxito (me dijo nunca se ha caído), pero con una eventual probabilidad de que ocurra, al igual que la contaminación de ese jamón cocido rebanado con cuchillas lavadas insuficientemente.
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VIA: Trust Guardians
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