"Esta es la segunda vez que les envío una carta y no los culpo por no responder. Puedo parecerles un loco, pero el hecho es que tenemos una tradición en nuestra familia que es el de tomar helado después de cenar. Repetimos este hábito todas las noches, variando apenas el sabor del helado; y yo soy el encargado de ir a comprarlos. Recientemente compre un nuevo Pontiac y desde entonces las idas a la heladería se han transformado en un problema. Siempre que compro helado de vainilla, cuando me dispongo a regresar a casa, el auto no funciona. Si compro cualquier otro sabor, el auto funciona normalmente. Pensarán que estoy realmente loco y no importa que tan tonto pueda parecer mi reclamo, el hecho es que estoy muy molesto con mi Pontiac modelo 99".
Cuenta una leyenda laboral que un señor se compró un carro, todas las noches iba a comprar helado para su familia. Se dio cuenta de algo extraño, su carro no se prendía si compraba helado de vainilla. Tras varios intentos, escribió a GM y les contó esto, varios empleados se rieron de la carta, la tomaron como un chiste. Un día riéndose del caso los escucha el gerente, decide contactar al señor... El señor fue enfático, era verdad! Manda a un mecánico, van a comprar helado, primero chocolate, todo bien. Se van a dar una vuelta, ahora vainilla... no se prende el carro! Resulta que el helado de vainilla estaba cerca de la puerta, compraba y salía rápido y el carro no se enfriaba, por ende, no se prendía. Los otros helados tomaban más tiempo comprar. Esta queja, que fue vista como chiste cambió la línea de producción de los Pontiac, era un error que nadie había detectado hasta ese momento. Nunca hagan de menos una queja, es un cliente que está afectado y se los comunica porque necesita ver mejoras, no por hacerles daño! A gestionar a nuestros valiosos inconformes!
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